Madrid fue el escenario de una noche épica para el motocross freestyle. El Palacio Vistalegre, con su aforo repleto y el público entregado, vivió una edición histórica del X-Gravity, un evento que ya se ha ganado su sitio entre los más potentes del panorama europeo. El nivel fue tan alto como las rampas que pisaron leyendas y promesas de este deporte. Y en ese vuelo colectivo, uno brilló por encima del resto: Clinton Moore.
El australiano, en su primera aparición en el X-Gravity, se trajo bajo el casco no solo una ronda demoledora, sino también algunos de los trucos más bestiales del repertorio actual. Entre ellos, el Volt, ese giro imposible que él mismo creó y que ejecuta con una precisión quirúrgica, y el Bundy, un truco que únicamente él se atreve a sacar en plena competición.

A su lado, pesos pesados como Maikel Melero, Pat Bowden, David Rinaldo, el carismático Dany Torres, o la joven promesa José “Mincha”, ofrecieron un espectáculo que rozó lo irreal. Hubo backflips perfectos, combos técnicos cargados de estilo y vuelos sincronizados con un ritmo vertiginoso. Madrid no pestañeó durante una hora de pura tensión en el aire.
Aunque Melero y Mincha firmaron actuaciones dignas de la victoria, fue Moore quien se llevó el aplauso más contundente y la ovación final, tras una ronda que combinó técnica, amplitud y originalidad como pocas veces se ha visto en un recinto cerrado.



Como banda sonora de semejante despliegue, DJ Nano convirtió su cabina en pista de despegue, pinchando en directo durante la ronda final y contagiando a la grada con sus beats mientras los riders sobrevolaban el cielo del pabellón. La energía fue total: una mezcla entre concierto, ritual y ceremonia de motor y adrenalina.
X-Gravity Freestyle Madrid 2025 fue más que una competición. Fue una experiencia inmersiva, un grito compartido, una celebración de la locura controlada que representa el FMX. Y en esa locura, Clinton Moore dejó su firma en el aire de Madrid.