El pasado jueves 29 de mayo, la playa de Atxabiribil (Sopela) se convirtió en escenario de un rescate colectivo. Sobre las 16:50, una fuerte corriente atrapó a unos 30 bañistas, muchos sin experiencia ni preparación para enfrentarse al mar.
En ausencia de socorristas —la temporada aún no había comenzado— fueron instructores, alumnos y surfistas locales quienes tomaron la iniciativa. Armados únicamente con sus tablas y conocimiento del entorno, formaron un dispositivo improvisado de rescate y lograron sacar a las personas en peligro.
Una respuesta rápida y profesional
Al percatarse de la emergencia, las autoridades locales desplegaron una presencia constante hasta las 20:00, señalizando las zonas de riesgo con megáfonos y estacas. A pesar de la magnitud del incidente, no se registraron heridos graves, aunque los momentos de tensión fueron evidentes por la rapidez con la que actuaron los surfistas y la dificultad del rescate.
Este suceso pone en valor el papel fundamental de la comunidad surfera cuando falta el socorrismo oficial. El rescate en Sopela abre el debate sobre la necesidad de socorristas durante todo el año, especialmente en playas frecuentadas en fines de semana y festivos.
Sin embargo, también revela que la mejor prevención es la educación sobre el mar, respeto a sus fuerzas y conciencia colectiva.